Los millonarios retiros en cajeros de Cúcuta destaparon una red criminal internacional y llevaron a la caída de uno de los bancos más grandes de Estados Unidos, acusado de Lavado de Activos. TD Bank, una de las instituciones bancarias más prominentes de EE. UU., se encuentra ahora en el ojo del huracán por su papel en este escándalo. La investigación reveló que el banco permitió que una organización delictiva utilizara cuentas en Colombia para lavar millones de dólares.

Colombia ha emergido como el epicentro de esta investigación internacional, con TD Bank como uno de los principales involucrados. En la ciudad de Cúcuta, se registraron retiros de efectivo por sumas millonarias en los cajeros automáticos, convirtiéndose en el centro de este esquema. Este escándalo ha puesto en evidencia las vulnerabilidades del sistema financiero global y ha originado un intenso debate sobre la responsabilidad de las instituciones bancarias en la lucha contra el lavado de dinero.

¿Cómo inició este escándalo?

Desde 2018, se comenzaron a registrar movimientos irregulares en los cajeros automáticos de Cúcuta. A pesar del incremento inusual de transacciones, las directivas de TD Bank no tomaron medidas para frenar estas actividades sospechosas. Entre enero de 2018 y abril de 2024, más del 90 por ciento de las transacciones no fueron monitoreadas, permitiendo que tres redes de lavado de dinero transfirieran colectivamente más de 670 millones de dólares a través de cuentas del banco.

En las investigaciones realizadas se reveló que altos ejecutivos del banco eran conscientes de las graves fallas en los sistemas de control, pero no tomaron las medidas pertinentes para corregirlas. También se concluyó que empleados de la institución colaboraron activamente con redes criminales, facilitando el blanqueo de dinero en efectivo a gran escala.

“TD Bank creó un entorno que facilitó la delincuencia financiera al hacer sus servicios accesibles para los delincuentes”, afirmó el fiscal general Merrick Garland.

¿Cuál era el modus operandi de la red?

Un auditor del TD Bank en Los Ángeles advirtió sobre movimientos irregulares en Colombia y México con tarjetas débito emitidas sin control por un funcionario del banco. Este empleado permitió la apertura de 2.000 cuentas y entregó un centenar de tarjetas débito a una red criminal, presuntamente vinculada al Clan del Golfo. Esta red utilizaba las tarjetas para retirar grandes sumas de dinero en efectivo de los cajeros automáticos. La operación, que se prolongó durante varios años, permitió a los delincuentes lavar cientos de millones de dólares.

Las tarjetas fueron enviadas a Cúcuta, donde personas del común realizaban millonarios retiros en cajeros automáticos. A pesar de las señales de alerta, como el aumento exponencial de las transacciones en Colombia y la naturaleza inusual de estas, el TD Bank hizo caso omiso. Las directivas del banco justificaron su inacción alegando problemas técnicos y el deseo de no perjudicar la “experiencia del cliente”.

¿Qué tiene que ver Colombia con este caso?

Colombia juega un papel crucial en esta situación bancaria. Las transacciones en cajeros automáticos en el país se multiplicaron por más de cinco veces en un período de tres años, pasando de 28,6 millones de dólares a 151,8 millones de dólares. La alarma debió haberse encendido, ya que Colombia no es un sitio habitual de operaciones para TD Bank, una entidad que no tiene presencia ni operaciones certificadas en el país. Este escándalo también plantea serios interrogantes sobre la responsabilidad de las instituciones financieras y de las autoridades reguladoras. ¿Qué medidas se deben tomar para prevenir que situaciones similares ocurran en el futuro?

Debilidades del sistema financiero colombiano:

El caso de TD Bank revela las debilidades en el sistema financiero colombiano. A pesar de las regulaciones existentes, el país se ha convertido en un punto estratégico para el lavado de dinero. Es fundamental analizar las razones detrás de esta vulnerabilidad: ¿Son las regulaciones insuficientes? ¿Existen fallas en la supervisión? ¿Hay complicidad de actores locales? Este caso pone de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer los controles y la transparencia en el sistema financiero colombiano, así como de mejorar la cooperación internacional para combatir las redes criminales transnacionales.

Impacto en la reputación de Colombia:

El escándalo de TD Bank ha afectado negativamente la reputación internacional de Colombia. La asociación del país con actividades ilícitas como el lavado de dinero puede disuadir a inversionistas extranjeros y afectar el turismo. Es crucial que las autoridades colombianas tomen medidas contundentes para investigar este caso, sancionar a los responsables y demostrar que el país está comprometido con la lucha contra el crimen organizado. Además, se debe fortalecer la cooperación con otros países para evitar que Colombia sea utilizada como plataforma para actividades ilícitas.

Lecciones aprendidas de este caso: 

El caso de TD Bank deja valiosas lecciones sobre la importancia de la prevención y detección del lavado de dinero. Es imperativo que los bancos implementen sistemas de control más robustos y las autoridades reguladoras sean más proactivas en la supervisión. A nivel internacional, es necesario fortalecer la cooperación entre los países para combatir las redes criminales transnacionales. Este caso también resalta la necesidad de una mayor transparencia en el sistema financiero y de una mayor conciencia pública sobre los riesgos del lavado de dinero.

Este incidente es un claro ejemplo de cómo el sistema financiero puede ser utilizado por organizaciones criminales para blanquear capitales y nos recuerda la importancia de mantener una vigilancia constante y de tomar medidas eficientes contra aquellos que buscan aprovechar las vulnerabilidades del sistema para enriquecerse a costa de la sociedad.

Risks International se dedica incansablemente a erradicar el flagelo del Lavado de Activos. Este caso pone de manifiesto la urgencia de que las empresas implementen sistemas efectivos contra esta amenaza. Nuestro compromiso con las empresas es proporcionarles las herramientas y conocimientos necesarios para prevenir y detectar actividades ilícitas. A través de soluciones tecnológicas avanzadas y estrategias personalizadas, trabajamos para fortalecer sus defensas contra el lavado de dinero y asegurar que operen dentro de un marco de transparencia y legalidad. 

Nuestro objetivo no es solo proteger a las empresas, sino también contribuir a un sistema financiero más seguro y confiable para todos.

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Por: Luisa Caicedo

Fuente: https://www.semana.com/

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